Ubicado junto al Ebro, este edificio tiene el objetivo de ofrecer una cara amigable de la central nuclear del municipio tarraconense de Ascó. El centro de interpretación que contiene recibirá a unas 3.000 personas al año, a las que explicará cómo se genera la energía eléctrica en una instalación de este tipo, y cuáles son los elementos clave de la central, todo ello mediante una serie de instalaciones interactivas dispuestas en una superficie de 1.000 metros cuadrados. Para evitar que los visitantes tengan que soportar todos los protocolos de seguridad de las instalaciones, el centro contará con un acceso diferenciado para ellos.

Este emplazamiento se caracteriza por la condición de límite que se establece entre el Ebro y la topografía, y entre la central y el núcleo urbano. Por su situación en los márgenes, el nuevo edificio debe atender a dos escalas distintas. Por un lado, a escala urbana existe la oportunidad de resolver el final de la zona industrial, como tejido construido a base de contenedores mudos. Por otro lado, a escala territorial, se sitúa en un punto estratégico entre el paisaje y el núcleo urbano.

Partiendo de un cuadrado de 42 metros de lado se establece una trama ortogonal que modula y ordena los diversos usos del programa. Una franja central aloja tanto los servicios como el núcleo de comunicaciones, y actúa como eje articulador del proyecto, dividiendo el cuadrado en dos ámbitos, el correspondiente al espacio de acogida y el del espacio de exposición. Al encontrarse aislado en el paisaje, el edificio carece de referencias próximas o de restricciones formales de cualquier tipo. De esta manera, se toman como guía del proyecto las dos acciones principales que lleva a cabo el centro, es decir, recibir a los visitantes e informar y educar sobre las actividades de la central nuclear. Estas acciones producen mella en el volumen primario de planta cuadrada, con dos sustracciones de forma cóncava que potencian la recepción de los recién llegados y la expansión de las miradas desde el espacio expositivo y el altillo hacia el reactor.

El acero y el policarbonato son los materiales elegidos para la envolvente del centro de visitantes. Se trata de materiales que favorecen la integración de la nueva pieza en su contexto industrial, y cuya sobriedad consigue asimismo un despojamiento acorde al del paisaje en el que se inserta. Por otro lado, para no interferir con el normal funcionamiento de la central nuclear, en la ejecución se utilizaron sistemas de construcción en seco, mediante los cuales fue posible levantar el edificio en un plazo muy reducido de 6 meses.