Mercabarna, el gran mercado mayorista de Barcelona, ha construido un vertedero y planta recicladora rebautizado como Punto Verde, para que cale más hondo el mensaje ecológico implícito en este tipo de dotaciones. Con una superficie de 6.675 metros cuadrados, la planta de gestión de residuos se divide en dos zonas: para mayoristas y minoristas. El proceso más importante de los que aquí se llevan a cabo es el de selección, con cintas transportadoras del material hasta un gran contenedor industrial donde los residuos se separan en cuatro categorías. Las tolvas de vertido de materia orgánica se sitúan en el mismo muelle de descarga, una por cada módulo estructural.

Con una imagen de montaña rusa, la estructura arquitectónica reproduce el movimiento del circuito de residuos. La gran marquesina que cubre la playa de maniobras y el subsuelo industrial protege asimismo las cintas transportadoras; su superficie se separa en dos partes de distinto tamaño: la mayor correspondiente a la zona de descarga, y la menor al movimiento de los materiales. Es éste un modelo de planta de reciclaje que combina los dos grandes tipos de vertidos, orgánicos e inorgánicos, y su funcionamiento organiza el tráfico de vehículos por toda la planta. Los pliegues, en dos piezas, sugieren la actividad en subidas y descensos sincopados. La estructura, en cambio, es todo lo contrario: el gran pórtico del muelle de carga oculta el verdadero armazón del edificio en su centro, y aparenta distribuir en los llenos y vacíos —incluso de las letras como banderolas en un museo— los dos tipos de vertidos, aunque en realidad son los pilares de todo el conjunto, que trabaja con voladizos de 6 metros a un lado y 4 metros a otro. El esqueleto se cubre con planchas metálicas lacadas o de acero inoxidable en el exterior de los módulos estructurales, y placas de pladur y policarbonato translúcido en el interior de la cubierta, con la intención declarada de convertir el edificio en una suerte de gráfico de colores verde y plata, con letras blancas... [+]