Centro comercial, Lucerna

Diener & Diener Architekten 


El hotel Schweizerhof es uno de los edificios que todavía hoy nos hablan del ritmo pausado con el que la ciudad de Lucerna se asoma al lago de los Cuatro Cantones. El proyecto de sustituir las cocheras y el ala de cocinas por la nueva sede de una conocida cadena de grandes almacenes suscitó un vivo debate público ante el temor de que con la reforma desapareciera también su interior más emblemático: el salón proyectado por Leonhard Zeugheer entre 1863 y 1865. Del concurso convocado al respecto salió ganadora una propuesta que concilia las exigencias arquitectónicas y urbanísticas con las impuestas por las necesidades comerciales actuales. Sobre el solar disponible —situado en el punto de encuentro entre el tejido menudo del casco antiguo y el caserío de mayor escala junto al paseo del lago— el centro comercial se levanta como un cuerpo autónomo que actúa de contrapunto profano a la vecina iglesia de San Mateo, formada por un cuerpo central y dos naves laterales. Quizá contagiado por su proximidad al templo, la nueva construcción adopta una silueta simétrica y escalonada hacia los laterales, sumándose así al conjunto de edificios públicos que se extiende por toda la ciudad.

Siguiendo la tradición de las lonjas o los mercados cubiertos, el edificio reproduce el tipo basilical con una sección escalonada mediante retranqueos en las fachadas este y oeste que afectan a las dos últimas plantas, donde se ubican las oficinas y un centro de educación de adultos. Con cinco plantas subterráneas y cinco más sobre rasante, la mayor superficie comercial se concentra a pie de calle y en el piso inmediatamente superior, que se comunica con el nivel siguiente mediante un gran vacío de doble altura. Una galería de locales pequeños se asoma a esta suerte de patio cubierto, iluminada por una corona de lucernarios en cubierta.

Un esqueleto de hormigón armado facilita la libre disposición de los puestos de venta, en un interior que se asoma puntualmente a los alrededores mediante pocos pero grandes huecos acristalados. El bullicio de la actividad comercial se oculta hacia la calle tras una fachada ligera de paneles de chapa de cobre, cuya anchura determina el módulo básico de fachada. A pesar de estar distribuidos al azar, los paños de vidrio pasan casi desapercibidos en esta retícula mediante un sistema de fijación que los enrasa con los paneles metálicos. El tono verdoso que el cobre adquiere en un proceso de prepatinado contribuye a fundir el edificio con su entorno urbano más inmediato: el paseo arbolado que puntea el encuentro del Schweizerhof con el lago...[+]


Cliente Client 
Genossenschaft Migros, Hotel Schweizerhof 

Arquitectos Architects
Diener & Diener

Consultores Consultants
TGS (dirección de obra site supervision); Stefan Koepfli (paisajismo landscape design)

Fotos Photos
Roland Halbe, Gaston Wicky