Casa Hürzeler en Erlenbach
Peter MärkliDesde los años setenta, el hormigón visto fue sustituyendo a las cajas blancas de la vanguardia clásica en los proyectos de casas de autor. Probablemente, las obras del Le Corbusier tardío tuviesen mucho que ver con el cambio. En esta casa, Peter Märkli prolonga esa tradición con un ejemplo lírico y refinado, una caja alargada que establece un sutil juego de relaciones entre el interior y su entorno a través de los paneles ciegos de hormigón teñido de rojo que cierran los planos exteriores de fachada en determinados puntos.
La vivienda se ubica paralela a la ladera de un valle para gozar de las extraordinarias vistas sobre el lago de Zúrich, en una parcela limitada por dos calles. Además, esta construcción de tres alturas confía su relación con el terreno a una planta semisótano que queda casi enterrada en la pendiente posterior, mientras que se abre parcialmente por la fachada al lago con las entradas a la casa y al garaje. La disposición de esta planta, retranqueada con respecto al volumen restante, contribuye a que las dos plantas superiores se perciban como una caja que parece flotar sobre el prado. Sin embargo, el espacio correspondiente a las estancias interiores en estas dos alturas coincide en planta con las alineaciones retranquedas del semisótano, de forma que son los forjados y los paneles de cerramiento los que construyen la imagen de caja. Entre los cerramientos interiores completamente acristalados y los planos exteriores de fachada se crea un espacio de transición que hacia el lago es una galería de circulación al aire libre, y en el testero noroeste, desde donde se disfruta de las mejores vistas, se amplía para formar una terraza.
Las finas barandillas metálicas que cierran los vanos entre los paneles exteriores no compiten en protagonismo visual con los cantos de los forjados y los abstractos paños rojos de los paneles. Ello resalta el contraste entre la caja interior de vidrio y el volumen de hormigón, estableciendo un juego entre compacidad y apertura que se suma al equívoco perceptivo propiciado por la disposición contrapeada y sin ritmo aparente de los paneles de la fachada al lago, que aparentan ser elementos deslizantes.
La distribución interior de los espacios sigue el esquema habitual en este tipo de viviendas alargadas: una estrecha franja pegada a la fachada posterior aloja los servicios y las circulaciones en torno a una escalera recta de dos tramos, mientras que los espacios vivideros se disponen secuencialmente en el espacio restante. Un tabique móvil, plegable como un acordeón, permite dividir en dos el amplio salón diáfano de la primera planta...[+]
Cliente Client
Harry Hürzeler
Arquitecto Architect
Peter Märkli
Colaboradores Collaborators
Gody Kühnis
Consultores Consultants
Walt + Galmarini (ingeniería engineer); Rino Weder (ventanas de aluminio aluminum windows)
Fotos Photos
Gaston Wicky