Casa Tagomago, San Carlos

Carlos Ferrater  Joan Guibernau 


Lejos del bullicio legendario que ha hecho de Ibiza un lugar de peregrinación obligada para todo noctámbulo, una parcela de la costa nordeste de esta isla balear —en la franja costera frente al islote de Tagomago— constituía para una familia numerosa el lugar ideal donde construir su casa de vacaciones. Completamente cubierta por un bosque de vegetación mediterránea —en el que predominan los pinos y las sabinas— la extensa finca se asoma al mar desde un promontorio escarpado, definido lateralmente por los cauces secos de dos arroyos que constituyen su límite natural. La casa se ubica en la parte más alta de este privilegiado mirador, dominando la pendiente que cae hacia el acantilado con un conjunto aditivo de volúmenes prismáticos reminiscente de la arquitectura vernácula de la isla.

Ante el imprevisible número de personas que habitará la casa en cada momento, la flexibilidad constituye un factor prioritario del proyecto. Una fragmentación del programa en cuerpos independientes hace posible adaptar el uso de la vivienda sin necesidad de invertir grandes esfuerzos en limpieza y mantenimiento. Así, un núcleo principal encabeza el conjunto de pabellones autónomos que albergan las dependencias de servicio, el garaje y los cuatro dormitorios para los hijos, pensados de manera que puedan ser ampliados si en un futuro los miembros de la familia aumentan. Un eje longitudinal —vagamente paralelo a las curvas de nivel— vertebra el conjunto en un recorrido en el que porches, patios, tapias y terrazas materializan los límites imprecisos entre el interior y el exterior. Rematando esta secuencia de espacios que celebran la vida al aire libre, la piscina se excava en la amplia terraza situada junto a la marquesina de hormigón armado que flanquea la sala de estar a lo largo del frente más expuesto al mar. Desde el extremo opuesto del conjunto, un pabellón de invitados tensa desde el norte el camino que da acceso a los dormitorios, con un cuerpo de cubierta plana que cuenta en la azotea con un solarium.

Para mantener la unidad del edificio —cuyas grandes dimensiones llevaron a las autoridades municipales a parar las obras al pensar que allí se construía un hotel— se ha restringido en lo posible el repertorio de materiales empleados. La estructura tradicional de muros de carga y forjados de viguetas de hormigón armado y bovedillas cerámicas se completa con fachadas de piedra y pavimentos de hormigón y piedra, mientras un entarimado de madera tapiza la plataforma donde se ubica la piscina...[+]


Arquitectos Architects
Carlos Ferrater, Joan Guibernau 

Consultores Consultants
Jordi Bernuz (estructura structure

Contratista Contractor 
Construcciones Collado

Fotos Photos
Alejo Bagué