La casa Miyamoto, situada en Osaka, es la respuesta dada a un encargo radical: cobijar a una familia de tres personas sin recurrir a los mecanismos de la vivienda convencional, como las habitaciones individuales, los tabiques y los armarios. La estrategia de proyecto consiste en crear un espacio común dispuesto sobre una topografía artificial basada en saltos de nivel de setenta centímetros, de tal modo que las diferencias de cota delimitan con sutileza las estancias y sirven, además, como telón de fondo sobre el que situar las mesas y los estantes en los que cada miembro de la familia puede colocar sus pertenencias. Los diversos niveles establecidos en la vivienda dan forma a dos espirales, que discurren por la parte alta de la casa y que se tocan o se separan para generar diferentes caminos: se plantea, en este sentido, un modo de explorar el espacio de maneras insospechadas.