La construcción de una vivienda para una pareja en Stadbergen, un núcleo próximo a Augsburgo, se topó con las reacciones contrarias de los vecinos. Si bien la casa se asemeja a las demás edificaciones en cuanto a la ocupación volumétrica y a la inclinación de la cubierta, la apariencia exterior, producto del sistema constructivo elegido y de los materiales empleados en la fachada, la hacen singular. Fueron finalmente los tribunales quienes autorizaron su presencia tal y como ahora se levanta. Como en la bodega que los arquitectos suizos Herzog & de Meuron diseñaron en el valle de Napa (California) hace casi diez años, la casa se construye a base de gaviones: una jaula compuesta por 365 cestones de acero galvanizado rellenos de piedra de mampostería se extiende por las cuatro fachadas y se prolonga por la cubierta. Los gaviones se han colgado de los muros de hormigón armado que constituyen la estructura; cada una de las cestas, de ochenta kilos de peso y desmontable por separado, se ha rellenado a mano. El resultado es una piel de 40 toneladas de masa térmica inerte, que permite que el interior alcance una temperatura de confort en invierno y verano sin apenas necesidad de recurrir a la calefacción. La impronta exterior de la casa es la de una escultura de escala urbana, condición acentuada por la supresión de canalones y bajantes: los muros que soportan el peso de la piedra se cubren con una lámina impermeabilizante, de manera que el agua se va colando entre las piedras en su camino de bajada hasta el terreno.

Las reducidas dimensiones volumétricas que la planta determina (un cuadrado de nueve metros de lado), se combaten con una conexión espacial de las estancias de la casa, de una, dos y hasta tres alturas. La planta baja, completamente diáfana —un cubículo que encierra el aseo es el único obstáculo—, contiene la cocina, el comedor y la sala de estar, mientras la escalera une su recorrido a uno de los lados del cuadrado; la planta superior se destina al dormitorio de la pareja y a un estudio en galería, alrededor del baño; en el último nivel, ganado bajo la cubierta asimétrica (cuya inclinación estaba estipulada por la normativa urbanística), se sitúa el dormitorio de invitados. Los espacios se vinculan unos con otros por medio de los huecos recortados en los tabiques, de manera que los tres ejes del prisma (altura, anchura y longitud) son perceptibles desde dentro. La sensación espacial de amplitud y luminosidad se refuerza con el acabado en tonos claros de paredes y suelos, y con los generosos vanos que con una gruesa carpintería de roble interrumpen en la fachada la modulación de los gaviones... [+]