Casa 1736, Barcelona
Harquitectes 

Casa 1736, Barcelona

Harquitectes 


Tan exacerbado por la imaginación romántica del modernismo, el carácter medieval del casco antiguo de Barcelona se debe menos a arcos conopiales y a tracerías flamígeras que a la relación de las callejuelas intramuros con una edificación más bien hermética, que si encontraba cierto desahogo era a través de vacíos interiores. A los valores espaciales, bioclimáticos y de bienestar de estos patios, en esencia tan mediterráneos, remite ahora una residencia unifamiliar que aprovecha la profundidad de la parcela para crear un atrio central que organiza las restantes habitaciones y facilita su ventilación, pero que se concibe también como un lugar de estancia en sí mismo. Su verticalidad gótica contrasta con unos muros estructurales de mucho grosor, que absorben las irregularidades del solar y permiten resolver las piezas principales de forma ortogonal, como en una suerte de arquitectura excavada. Conformados con un hormigón pobre en cemento que confiere una textura térrea, los monolíticos paramentos son al tiempo lo suficientemente porosos para estabilizar la higrotermia y la acústica de los espacios.