Integrada en el paisaje de Pals, municipio catalán de la comarca del Bajo Ampurdán, esta casa emerge sobre los restos de una antigua masía, denominada Mas Geli, de la cual solo se conservaban dos fachadas con contrafuertes y un par de espacios abovedados de piedra.

La morfología de la masía original determina la tipología estructural (muros y techos macizos) y la organización espacial de la nueva vivienda, obra de Harquitectes. La distribución adopta una retícula ortogonal de salas sucesivas, configuradas por paredes muy gruesas de carga y hormigón ciclópeo, así como por bóvedas estructurales preexistentes de piedra o nuevas de hormigón. Dos secuencias espaciales se cruzan en la cocina —de sur a norte y de este a oeste—, que es la estancia principal con 100 metros cuadrados, doble altura y vistas hacia la viña. Adosado a la cocina, un gran porche en forma de L se incorpora a la casa.

La nueva cubierta de teja, soportada por una estructura de madera vista en el interior, recupera la altura original de la edificación y las dos vertientes que dibujan un volumen sencillo a dos aguas. En el exterior, las dos fachadas de piedra situadas al norte y al este se rehabilitan. Al sur y al oeste, la preexistencia es menor y la construcción se completa con nuevas paredes de hormigón ciclópeo repicado.

Los muros de hormigón, vertidos en capas de 25 cm y aligerados con arlita (que les confiere capacidad aislante), aportan atributos estructurales, estéticos e inercia térmica a la casa. Además, junto a las aberturas minimizadas y el predominio de la masividad se configura una herramienta climática casi autosuficiente, heredera de la tradición de las masías ancestrales.