Biblioteca Arenberg de la Universidad Católica, Lovaina
Rafael Moneo 

Biblioteca Arenberg de la Universidad Católica, Lovaina

Rafael Moneo 


En 1997 los restos del convento de los Celestinos flotaban como un barco a la deriva entre las carreteras y autopistas que conectan el centro de Lovaina con su territorio. Los nuevos trazados se superponían sobre los antiguos y el navío desarbolado que un día fue monasterio vivo parecía haber perdido su rumbo, de ahí que fuera difícil reconocer cuál era el sentido de los claustros arruinados. Tras desaparecer la iglesia quedaban en pie tres de los lados del claustro, además de la sala capitular y un ala de dependencias anejas. Predominaba la fábrica de ladrillo, así como las cubiertas apuntadas de pizarra. Unos árboles inmensos en el centro del claustro dotaban al conjunto de un aspecto de granja en medio de una suave ladera. Desde el primer momento se quiso mantener la escala y el carácter del lugar, y hacer del pequeño claustro el corazón de la nueva biblioteca. La estrategia a seguir se basó en erigir un edificio no demasiado alto ni mimético que completara el claustro; y su materialización proporcionó un espacio inesperado —un nuevo patio de hecho—, flanqueado por los restos de los dormitorios de los frailes y por los muros de otras antiguas dependencias del monasterio. El patio así generado se ha convertido en el contrapunto del claustro cerrado. La geometría orgánica de la nueva edificación refuerza y anima por contraste el rigor monacal del claustro, a la vez que se entiende como un gesto de bienvenida desde el patio de acceso, al que se llega bien desde el sendero de la colina, bien desde la calle.

Sin perturbar los perfiles
El intenso uso del suelo, así como el deseo de mantener el perfil del edificio lo más bajo posible llevó a situar el depósito de compactos en el sótano del edificio nuevo; y las estanterías de consulta se reparten entre la planta sótano y la planta baja del volumen delimitado por los antiguos muros de fábrica de ladrillo que dan a la calle y por el antiguo refectorio anejo al claustro, que es la actual sala de ordenadores. La planta inferior de la sala de consulta recibe la luz desde los lucernarios localizados perimetralmente sobre las áreas de lectura de la planta superior, mientras que la zona de consulta de ésta se ilumina mediante una serie de claraboyas triangulares. La ampliación del volumen construido define un nuevo perímetro a lo largo de la calle De Croylaan, incorporando otra vez el monasterio de los Celestinos a la red viaria que actualmente da vida al barrio. Como resultado de esta estrategia, los volúmenes existentes siguen manteniendo todo su valor, siendo la cubierta del antiguo refectorio el elemento más alto.

El antiguo monasterio es un edificio recuperado, integrado de nuevo en la vida de la ciudad y de la universidad. Las oraciones de los monjes han dejado paso a las pantallas parpadeantes de los ordenadores, y las animadas conversaciones de los estudiantes se han convertido en la alternativa a los cánticos de la comunidad celestina. La nueva biblioteca nos recuerda que nuestro presente está escrito en el pasado, algo que se pone constantemente de manifiesto en una ciudad como Lovaina y más concretamente en su universidad, que puede enorgullecerse de ser una de las más antiguas de Europa. Conservar la historia proporciona un sentido de continuidad que puede ayudarnos a comprender cuál es el auténtico significado de nuestra vida en el mundo de hoy...[+]


Obra
Biblioteca Arenberg. 

Cliente
Universidad Católica de Lovaina, Bélgica. 

Arquitecto
Rafael Moneo. 

Colaboradores 
Filip De Wachter, Eduardo Miralles, Christoph Schmid, Mariano Molina (concurso); Sandra Domínguez (anteproyecto); Blanca Hernández, Pedro Elcuaz, Tania Urvois (ejecutivo); Ana Greco (obra); André Impens (restauración); Technum (estructura e instalaciones). 

Fotos
Duccio Malagamba