Resultado directo de las necesidades de pro-ducción, pocas tipologías edilicias son menos sensibles al contexto que las ligadas al proceso industrial. Ofreciendo todo un catálogo de sistemas de construcción prefabricada, las naves aparecen agrupadas en polígonos visualmente desestructurados, en los que no es posible establecer jerarquías. En uno de estos polígonos —circunstancialmente a las afueras de La Coruña— un almacén existente de componentes eléctricos debía ampliarse con nuevas oficinas y una zona de atención al público. Pese a su escaso volumen, las obras han brindado la oportunidad de proporcionar al edificio una imagen más acorde con su nueva función comercial, capaz de destacar en su caótico entorno fabril.

Ubicado en uno de los testeros de la nave, el cuerpo de tres plantas que alberga la nueva zona administrativa se instala en todo el ancho de crujía, aprovechando la estructura metálica existente. La planta baja acoge la zona de atención al público, el acceso al almacén y un vestíbulo del que parte la escalera que conecta con las oficinas y salas de reunión situadas en las dos plantas superiores. Para hacer visible la nueva singladura del edificio, pero respetando su carácter industrial, un doble cerramiento envuelve este mascarón de proa en un juego sutil de veladuras y transparencias. La envolvente térmica del edificio —de vidrio transparente y carpinterías de aluminio— aparece en un segundo plano, separada del plano translúcido que define el perímetro general de la nave. Ambas pieles convergen tan sólo en los puntos donde las estancias necesitan ventilación directa. Una serie de patios y terrazas se insertan entre los dos planos de fachada, proporcionando a las oficinas un nuevo entorno de pequeños jardines y espacios de transición.

El paisaje degradado que rodea al almacén aparece al interior tamizado tras un filtro de piezas en U de vidrio colado, instaladas en vertical pero dejando rendijas de cinco centímetros entre sí que permiten la circulación del aire. Además del papel de barrera visual que desempeña, el plano exterior de la fachada contribuye a mejorar el comportamiento térmico del edificio al evitar con esta ventilación continua el calentamiento excesivo de la cámara situada entre ambas envolventes. Los perfiles metálicos que sustentan el vidrio completan la imagen industrial del edificio, acusando con prolongadas líneas horizontales la sucesión de forjados. La madera confiere una calidez inesperada a los interiores, con pavimentos de parqué y paramentos revestidos de tableros de fibra chapados de haya.

Una segunda piel de perfiles en U de vidrio armado se superpone a la envolvente térmica del edificio, dejando pequeños patios y terrazas en la fachada que aíslan las oficinas de las naves industriales de alrededor.

El carácter industrial de la envolvente contrasta con la calidez de un interior revestido de haya.


Cliente Client
Eleko Galicia

Arquitectos Architects
Carlos Quintáns, Antonio Raya, Cristóbal Crespo

Colaboradores Collaborators 
Enrique Antelo, Santiago Sánchez; Saúl González (aparejador quantity surveyor

Contratista Contractor
Varela Villamor

Fotos Photos
Leopoldo Alonso-Lamberti