Viviendas sociales en Vallecas
Rueda & Pizarro 


La ausencia de referencias urbanas preexistentes y de actividad residencial consolidada en los nuevos desarrollos periféricos exige que se establezcan nuevas pautas para la actuación en estas áreas. En este caso, el paisaje entrópico del Ensanche de Vallecas establece el marco de inserción de esta pieza de esquina de una manzana cerrada, concebida siguiendo unos criterios que no responden a los conceptos tradicionales de diseño urbano sino a parámetros más cercanos al campo de la termodinámica.

Las operaciones formales realizadas sobre el sólido capaz que determina la normativa buscan optimizar el diseño de las viviendas y tienen como resultado una pieza pétrea y porosa que dinamiza la volumetría de la manzana.

Las normas urbanísticas de la zona determinan una tipología de manzana de bloque cerrado. Sobre el sólido capaz predefinido por la normativa, se aplica una serie de operaciones formales que definen la volumetría resultante del edificio. Se desocupa la fachada noroeste y se concentra la edificabilidad en la fachada sur, de mejor orientación, liberando más suelo para el patio interior; se rebajan las alturas hacia el sur para un mayor soleamiento de la sección norte; las fachadas se inclinan a nivel de calle para retranquearse 2.85 metros hacia el interior, dando una mayor privacidad a las viviendas de planta baja; y se repite esta operación en las dos últimas plantas para configurar una envolvente continua sin roturas en el aislamiento exterior. El uso desenfadado del color en los huecos resta dureza al acabado pétreo de mortero que recubre y unifica el volumen. La pieza resultante ofrece una percepción escalar más humana desde la calle que rompe la monotonía volumétrica de la manzana. 

Todos los huecos se retranquean de la línea de fachada, variando en profundidad y tamaño según su orientación. La concentración de las zonas húmedas y de la estructura en muros pantalla libera el interior.

Las ventanas, diseñadas para potenciar el confort térmico interior, sirven de elemento organizador de las viviendas. Hacia el sur, se abren grandes balcones que, retranqueados de la línea de fachada, funcionan como patios para las estancias de día de las viviendas, invadiéndolas alegremente con la luz y con el acabado verde de paredes y suelo —de césped artificial— de los balcones. En la orientación norte, los huecos se estrechan, y la profundidad de su retranqueo se emplea para situar armarios corridos en fachada que aumentan el aislamiento. El comportamiento térmico de la superficie se optimiza con la exteriorización de la capa de aislamiento, conservando la masa del cerramiento hacia dentro para aumentar la inercia y evitar puentes térmicos. Por su parte, la estructura de muros pantalla se concentra en el perímetro de la vivienda y en los núcleos de comunicación vertical, garantizando así la flexibilidad de la distribución. La doble orientación de todas las viviendas, en su mayoría de dos o tres dormitorios, garantiza la ventilación cruzada y el soleamiento de las estancias.


Cliente Client

EMVS: Empresa Municipal de la Vivienda y Suelo

Arquitectos Architects

María José Pizarro, Óscar Rueda

Colaboradores Collaborators

Alberto Galindo, Ramiro Losada, Laura Montero, Gonzalo del Val, Pedro A. González (arquitecto técnico quantity surveyor)

Consultores Consultants

Jofemar Estructura, Blanca García (ingeniería engineering)

Contratista Contractor

TAPUSA

Fotos Photos

Miguel de Guzmán