Arte y cultura 

Sobre Richard Hamilton

Vida y arte en paralelo

Ángel Martínez García-Posada 
30/09/2014


Portrait of the artist by Francis Bacon (studio), 1970

Casi al inicio del recorrido madrileño por la trayectoria de Richard Hamilton puede contemplarse el reciente documental de Pascal Goblot, Richard Hamilton in the reflection of Marcel Duchamp, a propósito de la reconstrucción de El gran vidrio que Hamilton llevó a cabo en 1966 para la retrospectiva que la Tate Gallery dedicó a Duchamp a instancias del artista inglés. La cinta sintetiza la inteligencia y el encanto de Hamilton: en las salas de algunos museos ilustres su descompuesta sonrisa contagiosa y su esbelta figura, desgarbada y quijotesca, transmiten una actitud de disfrute infantil y también de maduro escepticismo, entre la ternura y la socarronería. Este sabio equilibrismo relativista y devoto, apasionado a la vez que cínico, está presente en todo su acervo, aquí muy bien representado. Si los especialistas discuten sobre las especificidades de las semillas americanas o europeas de cada rama del pop, también se debaten en dictaminar qué hay de indiferencia o de cinismo en nuestro autor: así en la calculada ambigüedad de sus primeros collages, desde el paradigma de su obra más célebre y detonante, Just what is it that makes today´s homes so different, so appealing? (1956), verdadero manifiesto de la estética pop-art y al mismo tiempo crítica e himno de la cultura popular; o en las recurrentes revisitaciones de algunos de sus trabajos, poniendo en crisis a la par que actualizando el alcance de los propios hallazgos. Esta indescifrable y fértil dualidad sería en definitiva como el relato mismo de las reconstrucciones de la enigmática obra inconclusa de Duchamp, seria y traviesa, metáfora y pasatiempo...


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