En abril de 1971 la cancelación de la exposición del Hans Haacke (Colonia, 1936) en el Museo Guggenheim no sólo provocó un revuelo en la escena artística de Nueva York, sino un escándalo que se erigió en un hito de la incipiente crítica institucional. Según Tomas Messer, el conocido director de la institución, la prohibición estribaba en que las obras documentales mostradas versaban sobre «situaciones sociales específicas» que no podían ser consideradas ‘artísticas’. Haacke reaccionó con una declaración pública en un folleto distribuido con ocasión de la manifestación del 1º de Mayo de la Arts Workers’ Coalition.
El incidente le convertía en una referencia, pues Haacke suscitaba tres asuntos de gran calado en el mundo del arte: la crítica institucional en su ámbito interno y en relación con otras instituciones sociales; la pregunta sobre qué es o no es arte, y el carácter crítico-político del arte en las sociedades avanzadas. El conflicto recibió una gran cobertura en las revistas de arte más influyentes y en los medios de masas como The New York Times, The New York Post o Der Spiegel...