Los compases iniciales del Fórum han sido agridulces. Pese al formidable apoyo político y mediático, el número de visitantes está siendo inferior al previsto, las actividades no están logrando el eco esperado, y un rosario de incidentes han empañado sus primeras semanas de existencia, desde las protestas iniciales por el precio de la entrada o las manifestaciones contra su ambigüedad ideológica hasta las goteras que forzaron a la clausura temporal de su exposición estrella, ‘Los guerreros de Xi’an’. Sin embargo, situándose más allá de la anécdota, el proyecto del Fórum merece un diagnóstico matizado que, reconociendo sus insuficiencias o contradicciones, valore lo que tiene de estrategia ciudadana innovadora y fértil.

Aquí se ha querido hacer ese balance, de forma juguetona, con la imagen de un semáforo invertido —colocando el color verde en la parte superior, porque son más los elementos positivos que los censurables— que utiliza las tres luces para calificar simultáneamente las tres grandes rúbricas del Fórum: su dimensión urbana, su enfoque arquitectónico y su proyección temática. Esta matriz de 3x3 se apocopa en la figura del semáforo no porque exista algún vínculo etimológico con el foro latino del cual deriva el que nos ocupa—en realidad semáforo proviene del griego, y significa portador de signos—sino porque este icono redundantemente semántico simboliza bien la ciudad como espacio de flujos y encuentros que deben ser regulados por la autoridad de la convención. He aquí, pues, nuestro semáforo.

Luz verde

La decisión visionaria de construir ciudad allí donde ésta pierde su nombre, incorporando pedagógicamente el espacio del residuo al espacio del ocio; la voluntad de perseguir la calidad en la arquitectura y el paisaje, convocando a excelentes diseñadores catalanes y foráneos; la defensa simbólica de la sostenibilidad, a través de objetos construidos y actividades programadas. 

Luz amarilla

La búsqueda de la sinergia económica con el interés particular, ensayando colaboraciones no siempre bien delimitadas entre lo público y lo privado; la utilización del star system mediático, poniendo a los personajes al servicio de ideas y en ocasiones a las ideas al servicio de personajes; la proliferación de propaganda pacifista, a menudo como un mantra vacío de contenido.

Luz roja

La instrumentación del acontecimiento al servicio de un modelo urbano cuya lógica esencial es inmobiliaria; la adopción de una estrategia de crecimiento que reemplaza la continuidad de la trama por la singularidad del edificio; la interpretación de la diversidad social como fragmentación física e ideológica que se somete retóricamente al pensamiento mágico.


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