Opinión 

Proyecto y paisaje

Obras recientes de Castilla y León

Darío Álvarez 
31/12/2000


Lejos de la uniformidad que le suelen atribuir las visiones estereotipadas, el paisaje castellano-leonés es variado en sus formas y muy rico en sus contrastes. La zona norte de la región presenta abundantes y complejos perfiles montañosos, de un verde intenso y casi perpetuo, el sur y el este contienen parajes extremadamente seductores, agrestes y pintorescos —unas veces boscosos y otras tallados en roca—, mientras que en el centro se suceden vegas, regadíos, pinares y campos de cereal en una concatenada organización que introduce un espíritu de orden en lo aleatorio. Así encontramos un amplio repertorio de diferentes sistemas de paisaje que difícilmente se hallarían de forma tan completa en otra región. Incluso si nos ceñimos a la imagen más convencional, y por otro lado más literaria, del ‘paisaje castellano’ —básicamente referido a las zonas con presencia de cereal— descubrimos un mundo sorprendente, cíclicamente alterado por el paso de las estaciones. El otoño lo cubre de tonos terrosos y cálidos, el invierno lo pinta de colores profundos, la primavera lo colmata de un estallido de verdes imposibles salpicados de manchas florales silvestres —bellas pinceladas de amapolas sobre tonos azulados—, y finalmente el verano le concede una calma amarillenta, llena de matices de luz que habrían hecho las delicias de algunos impresionistas…[+]


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