Libertades cotidianas

Desde el Cerro del Aire

Luis Fernández-Galiano 
30/06/2003


La creciente popularidad de Miguel Fisac como autor de arquitecturas religiosas no impidió un progresivo alejamiento del Opus Dei, con cuyo fundador confesaba personalmente sin que esta circunstancia excepcional ayudase a soldar el vínculo entre ellos. Tras un viaje alrededor del mundo en 1955, Fisac abandonó definitivamente la organización—con la repercusión esperable por su perfil público y su pertenencia al núcleo original— y en 1957 contrajo matrimonio con Ana María Badell, actuando de padrino el doctor Marañón, al que había conocido durante la obra del Instituto Cajal; el famoso médico estaba casado con una hija del editor liberal Moya, emparentado también con Ana María, de manera que el resentimiento hostil de la institución que hasta entonces le había apoyado se vio compensado por un nuevo círculo de relaciones. La casa del Cerro del Aire de 1957 es un buen emblema de esta etapa de independencia, en un alto próximo a su iglesia de Alcobendas y con vistas del Madrid distante, con muros de granito que la fijan en el terreno y una delgada estructura metálica que sostiene la losa de la cubierta sin interferir con los grandes ventanales: aislada pues y abierta al exterior, como sería más tarde su casa de vacaciones de 1961 en la costa mallorquina, hecha con muros de piedra de marés y blanco de cal ante el paisaje, o la de 1969 en Murcia, de módulos de hormigón frente a la bahía de Mazarrón. Autonomía y apertura, dos términos que resumen eficazmente la actitud del Fisac dominante de los años sesenta, el constructor inventivo de los huesos de hormigón que da forma material y simbólica a la España del desarrollo... [+]


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