Nacido en una familia acomodada de judíos no practicantes, el niño Peter sólo es consciente de su origen cuando las convulsiones de la entrada de Estados Unidos en la guerra avivan las llamas del antisemitismo. Provenientes las dos ramas de la familia de los dos extremos occidental y oriental de Alemania, un país que durante el primer tercio del siglo XX ejerce un indiscutido liderazgo científico, el padre es químico orgánico, e influye en el joven Peter para que se forme como químico en la Universidad de Cornell, pero tras el primer año cursado en esta disciplina, la afición al dibujo y los consejos de un tutor le llevarán hacia la arquitectura, una carrera que proseguirá después en la Universidad de Columbia, y cuyas exigentes demandas de tiempo y dedicación resultarán incompatibles con la natación, que desde los siete años practica con el rigor de un futuro deportista de élite. En 1960 se traslada a Europa con una beca Fulbright, se presenta a su primer concurso y se incorpora a la Universidad de Cambridge como profesor, leyendo allí su tesis doctoral tres años más tarde, bajo la dirección de Leslie Martin y con ‘Las bases formales de la arquitectura moderna’ —un análisis gráfico de obras de Wright, Le Corbusier, Terragni y Aalto— como tema. También en esta etapa conoce al primero de sus grandes mentores, el crítico británico Colin Rowe, que en el transcurso de dos extensos viajes veraniegos por Italia despierta en el norteamericano la fascinación por la arquitectura renacentista y barroca... [+]