El autor analiza las consecuencias del cambio climático y concluye que no se trata solo de resolver un problema técnico sino de conseguir una eficaz organización de los edificios y las ciudades.
Hay grandes paralelismos entre la norma genérica de los 27°C decretada por el Gobierno y el actual Código Técnico de la Edificación que regula el funcionamiento energético (que no térmico) de las edificaciones, replicando en buena parte el sistema alemán denominado passivhaus, que incide en dos variables a controlar -la K (léase kilovatios) y la Q (léase aislamiento térmico)- para las viviendas y demás edificios a construir o reformar en España. Se entiende, vaya de antemano, la eficacia burocrática y buena voluntad de esta norma ya que es sencillo, al menos aparentemente, su cumplimiento. Pero el clima español y la forma en que el cambio climático está afectando a nuestro territorio obligan a pensar si estas medidas son adecuadas o inanes...
El Mundo: La corbata y las ciudades calientes