Cánones de la escala
Lo sublime, lo pintoresco y lo bello
Por azar me tocó asistir al espectáculo del 11 de septiembre en un hotel de Lima junto a distintos arquitectos —Pallasmaa, Frampton, Ciriani, Kalach, Buchanan, Hernández de León, Chauhan y otros—, coincidiendo también con el secretario de Estado americano Colin Powell, que se encontraba allí firmando unos acuerdos de la OEA. Nuestra estancia tenía por objeto discutir el modelo de una escuela de arquitectura de nueva creación. Mientras veíamos las imágenes en silencio, alguien recordó una historia narrada el día anterior sobre Oíza estudiando las maniobras y los radios de giro de las furgonetas de la policía durante una violenta invasión policial de la Universidad en la época de Franco, que concluía así: «hasta en las peores situaciones un arquitecto debe mantener la mirada de arquitecto». Pero la situación que estábamos viviendo era de otra naturaleza; forzados a hablar por el hecho de estar reunidos, pero con una enorme resistencia, como si la verdad de dicha frase hubiese que-dado congelada, sobrepasada por la dimensión y extraña perfección militar de la operación que constituía el primer acto de la representación del día. Los helicópteros que aparecieron inmediatamente protegiendo a Colin Powell rodeaban el hotel de un irreal aire apocalíptico, que producía aún mayor extrañamiento; estábamos lejos de NuevaYork y sin embargo las imágenes que veíamos en la CNN estaban en conexión directa con lo que pasaba... [+]