
El Museo del Prado acoge hasta el siete de julio una singular muestra dedicada a Alberto Giacometti. Singular por exponer arte moderno, y singular porque no ocupa salas de exposiciones temporales, sino que se desperdiga por todo el museo para presentar veinte obras —18 esculturas y dos óleos— del artista suizo. Según la comisaria, Carmen Giménez, el objetivo es establecer paralelismos entre estas obras y lienzos de la talla de Las Meninas, La batalla de Mühlberg o el Lavatorio, y hacer al cabo de la exposición una suerte de extraordinario «paseo póstumo»: el que se hubiera dado Giacometti —que nunca estuvo en Madrid— de haber visitado el museo en pos de Durero, Rafael, Tintoretto, El Greco, Goya o Velázquez, algunos de sus autores favoritos.