Opinión 

El lugar de los relatos

Museos: fábricas de arte y motores de la arquitectura

Juan Antonio Ramírez 
30/04/2001


Hay pocas cosas tan polisémicas como los museos. Una vivienda es una vivienda, y todos creemos saber lo que es un cuartel de infantería, una iglesia o un bloque de oficinas. Pero museo sólo significa, en realidad, que nos hallamos ante un edificio ‘cultural’, de improbable uso industrial o comercial. Hay museos de todo y para todos: del jamón y del erotismo, de la técnica, del agua, de la artesanía, del teatro, de los naipes... Los hay populares y elitistas, objetuales y virtuales, de propiedad privada o pública, grandes o pequeños, estables y portátiles. Puesto que los museos albergan y-o exhiben cosas —también ideas, propuestas— de potencial interés para algún grupo humano, e incluso sólo para individuos concretos, cabe suponer que es difícil encontrar un común denominador para todos ellos. Renunciaremos, pues, a situar en un plano equiparable artefactos culturales tales como el Museo del Vino de Castilla León en Peñafiel, o el del Real Madrid CF, y haremos sólo algunas consideraciones relativas al sector más popular y prestigioso, el de los museos de arte...[+]


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