«El sueño de la razón produce monstruos», escribió Goya en el grabado más célebre de sus Caprichos. No parece haber cambiado mucho desde entonces la condición humana: más de dos siglos después, al empezar el tercer milenio, la ‘razón’ se ha distendido nuevamente en Madrid generando algunos acontecimientos artísticos que hacen pensar en un mundo ‘monstruoso’. Se ha intentado conmemorar la llegada de una nueva era celebrando al arte latinoamericano, pero no se ha hecho con una exposición al uso sino con una acumulación tal de eventos que no hay un modo razonable de digerirlos, o de dar cuenta cumplida de ellos en el espacio normal de una crónica. Metáfora de nuestro mundo, tal vez, presidido como está por la proliferación infinita de lo incontrolado (virus informáticos o biológicos, priones, metástasis celular, etcétera), o alusión directa a los inmensos territorios del nuevo mundo, heterogéneos e inabarcables, irreductibles a cualquier denominador común...[+]