‘Domus’ y ‘polis’: del laconismo privado al gesto público
Foster no ha sido nunca un arquitecto residencial propiamente dicho. Después de las primeras casas con el Team 4, la mayor parte de sus encargos domésticos se realizaron para clientes influyentes como el alcalde de Nîmes o el dueño de la torre Century; el proyecto de su propia vivienda en 1978 era más un sistema que una casa; y su residencia actual en lo alto del estudio de Riverside tiene más bien la escala imponente de una sala de reuniones corporativa que la intimidad de un piso privado. Sus casas tienen la elegancia fría, los detalles refinados y la geometría vigorosa de un edificio de oficinas, con proporciones sutilmente realzadas y un énfasis constructivo adecuadamente lacónico. En el otro extremo, los planes urbanísticos trazados desde finales de los 80 emplean gestos rotundos que, huyendo del pintoresquismo británico, prolongan la tradición neoclásica georgiana. El concurso fallido de Paternoster empleaba la estrategia de malla en casbah de la BBC y Televisa, proponiendo un laberinto de patios privados y pasajes públicos; pero el plan ganador de King’s Cross utilizó primero una elipse y después dos curvas secantes; y los trazados urbanos de Duisburg, Sagrera y el Parc BIT usarían ya las curvas y medias lunas que llegarían a ser características del estudio...[+]