Cuarto creciente: Museo de la Aviación y Sainsbury bis

31/08/1999


Lo mismo que el aeropuerto de Stansted, el Museo de la Aviación en Duxford tardó diez años desde el proyecto hasta la terminación, y en este caso no se pudo culpar del retraso a los debates medioambientales. Quizá por su prolongado desarrollo, no se ha reconocido suficientemente el papel clave de este museo en la trayectoria de Foster. El perfil de la delgada cáscara de hormigón, sofisticado y leve como un planeador en vuelo, es un gesto geométrico tan elegante y grácil que resume la espontánea facilidad y claridad del mejor Foster. Uniendo la simplicidad de la cabina del refugio en el Fal con la monumentalidad elemental del Centro Sainsbury, la forma de esta celebración del vuelo aparecería en innumerables proyectos posteriores, desde las estaciones de Bilbao y Canary Wharf al proyecto para la Sackler Gallery en Jerusalén o, desde luego, la Crescent Wing del Sainsbury. Esta ampliación subterránea, rematada con un lucernario curvo inclinado que se abre a un lago y sirve de plinto luminoso al volumen industrial del Centro Sainsbury, es uno de los proyectos más logrados y paradójicos de Foster: negando la lógica extensión lineal del contenedor, la curva cierra un edificio abierto, sacralizándolo sobre un podio al tiempo que manifiesta su falacia productiva...[+]


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