La vivienda —no confundir con la casa o el hogar— es el asunto arquitectónico más sometido al proceso del perpetuo retorno. Cada cierto tiempo recupera protagonismo en los debates que atraviesan el presente, generalmente tras un periodo de aletargamiento u olvido. En el caso de la vivienda de promoción pública, este retorno tiene cada vez mayores dificultades para encontrar territorios de investigación en los que desarrollar nuevas formulaciones en sintonía con su tiempo más allá de la satisfacción de un derecho elemental o la resolución digna —que no es poco— de un sistema de ecuaciones de mínimos. La razón de esta dificultad hay que buscarla en el empeño en repetir unas rutinas apegadas a los paradigmas de la modernidad, basados en unos programas domésticos extraordinariamente rígidos, la confianza en unos tipos —el bloque, la torre, la hilera, la colonia— que apenas sufren variaciones en cuanto tales y en una nula reflexión sobre el espacio público, entendiendo que la vivienda termina donde comienza la ciudad y que ésta es objeto de otra disciplina... [+]