Todos los años, en otoño, se celebra en la ciudad austriaca de Graz el concurrido Festival de Estiria (Steirischer Herbst). Se trata de un evento que va cambiando de emplazamiento y que durante cuatro semanas anima la vida cultural del entorno donde se ubica. Para la edición de 2010, el lugar escogido fue el parque municipal (la superficie verde más importante de la ciudad), y, en él, una dotación existente con una larga tradición de acoger acontecimientos culturales: el Forum Stadtpark.

La arquitectura efímera construida para albergar el evento se inspiró en la condición nómada y socialmente abierta del propio festival. Se trataba de una pieza dispuesta según un eje multifuncional que atravesaba el edificio preexistente, inaugurando un nuevo paseo arquitectónico que comenzaba en el vestíbulo de acceso a aquel, perforaba la cafetería y acababa desbordándose en una singular construcción efímera, situada en el exterior, que funcionaba a la vez como un mirador sobre el parque y como un espacio multifuncional.

El nuevo eje, cuya dirección era perpendicular a la que organiza normalmente el edificio Forum, abrió la posibilidad a una nueva lectura espacial del mismo, y permitió además ampliar sus usos durante el tiempo que duró el festival con otros innumerables albergados en la pieza exterior, que funcionó sucesivamente como punto de información, galería de pasos perdidos, terraza, casino, bar, auditorio, cine al aire libre y espacio expositivo.

Lo más interesante de la intervención consistió, sin embargo, en los materiales seleccionados y el modo en que fueron empleados. Toda la pieza se construyó con palés normalizados, utilizados como módulos constructivos reciclables apilados a modo de ladrillos, que se alquilaron con fines tectónicos durante el tiempo en que duró el festival, para ser finalmente desmontados y devueltos a su uso convencional una vez terminado el evento, demostrándose con ello que un nuevo tipo de monumentalidad ligera, reciclable, participativa e irónica puede ser posible.