Teshima es una pequeña isla de unos mil habitantes y de carácter eminentemente rural, situada muy cerca de Naoshima que, con su museo de arte diseñado por Tadao Ando, es una de las más turísticas de entre las islas que forman el archipiélago del Mar Interior de Seto, al suroeste del país. La región, históricamente importante por su condición de paso natural entre el océano Pacífico y el mar del Japón, es reputada por la belleza de su paisaje y por la suavidad de su clima, por lo que también se la conoce, desde antiguo, como ‘la tierra en donde siempre hace buen tiempo’.

Estos antecedentes influyeron en el proyecto Shima Kitchen, que consistió en la rehabilitación de una antigua casa de Teshima con el objetivo de crear un nuevo foco cultural en torno a un teatro, una galería de exposiciones y un restaurante. Este programa se distribuyó en la casa y su entorno inmediato formado por varias higueras, dos caquis y un almacén ruinoso —que se transformó en una galería de exposiciones a la par que la casa se convertía en un restaurante—. Lo más singular de la intervención es, sin embargo, la pérgola que une ambas edificaciones, serpenteando entre los árboles y acogiendo un teatro al aire libre. Inspirada en los teatros noh, la nueva instalación reinterpreta el escenario (butai), el puente (hashisake) y las gradas (sajiki) tradicionales, de manera que puedan adaptarse a programas contemporáneos, funcionando como escenarios para música en directo, festivales y bailes populares o performances artísticas.

Constructivamente, la pérgola recurre a sencillas técnicas artesanales, y emplea materiales reciclados y locales. Así, mientras que la estructura portante está conformada por un entramado de tuberías de acero inoxidable de entre 27 y 32 milímetros de diámetro, la cubierta la forman piezas de madera carbonizada, semejantes a las utilizadas tradicionalmente en la isla como revestimiento para fachadas. La elección de este acabado, unido al carácter liviano de la pieza, contribuye a insertarla felizmente en su entorno.