Dejando la autopista tras conducir 90 minutos desde París en dirección noroeste, el automovilista llega a las inmediaciones de Rouen. Allí, en los terrenos de un antiguo aeródromo recuperado como parque ferial y ahora en fase de ampliación, se ha construido un Zénith o sala de espectáculos múltiple, cuyos tres mástiles inclinados se divisan desde la carretera. Con su emplazamiento a las puertas de la ciudad, las autoridades municipales han querido cualificar ese paisaje característico de tantas periferias: presencia abrumadora del tráfico y ausencia de arquitecturas de interés. En este contexto y a pesar de acoger eventos populares, el edificio no podía ser una caja muda. 

A lo largo de la carretera y cerrando un gran aparcamiento, se crea una plaza pavimentada con bandas de hormigón y pequeñas luminarias que es como las explanadas a los pies de las catedrales, para aportar al proyecto su ingrediente urbano: se pretendía crear un fragmento de ciudad antes que un objeto. Este espacio al aire libre con quiosco-taquilla es la antesala de la nave de exposiciones, y del gran caparazón metálico que alberga el auditorio, con capacidad para 7.000 espectadores. Separado del plano del suelo por una banda acristalada y coronado por los mástiles que sujetan la cubierta, el Zénith transmite sensación de ligereza a pesar de sus dimensiones. Su forma toroidal responde a la serie de anillos radiales que sustentan la fachada, constituida por dos pantallas convexas de chapa de acero corrugado y distinta curvatura, que se solapan para abrir el desfiladero de vidrio de la entrada. Esta envolvente y el volumen de la sala de conciertos (de hormigón por sus cualidades de absorción acústica) quedan separados por un vestíbulo perimetral de 21 metros de altura, un espacio casi piranesiano colonizado por rampas, escaleras y pasarelas que comunican, también visualmente, los distintos niveles, dando al público la sensación de encontrarse en el centro de un espectáculo que aún no ha comenzado. 

La sala, de 350 metros de diámetro, es diáfana: su cubierta queda suspendida de cables, cuyos mástiles —una referencia al vecino puente de Normandía— transmiten las cargas a los muros de hormigón. Y su planta de abanico puede dividirse fácilmente para configurar aforos distintos en función del tipo de acto. El plástico acrílico translúcido (y a prueba de fuego) que se ha empleado para fabricar los asientos forma parte del catálogo de materiales ‘poco nobles’ voluntariamente escogidos para una construcción muy detallada. Lateralmente, el escenario queda unido con el pabellón de exposiciones. Cinco naves más que cierran el recinto por el norte también se están renovando para completar la dotación ferial...[+]


Obra
Zenith (sala de conciertos y centro de exposiciones), Rouen. 

Cliente
Ayuntamiento de Rouen. 

Arquitecto
Bernard Tschumi. 

Colaboradores
Véronique Déscharrères, Alex Reid, Christina Devizzi, Lauranne Ponsonnet, Kevin Collins, Joel Rutten, Peter Cornell, Robert Holton, Megan Miller, Kim Starr, Roderick Villafranca (proyecto); Technip-TPS (estructura); HDA (fachada); CIAL (acústica). 

Contratista
QUILLE. 

Fotos
Peter Mauss/ESTO.