Monastery, Tautra Island
Jensen & Skodvin 

Monastery, Tautra Island

Jensen & Skodvin 


En la Isla de Tautra, en el fiordo de Trondheim, en el corazón del que debió ser el Reino de Thule del Príncipe Valiente, existen las ruinas de un monasterio cisterciense de cuya fundación se han cumplido ochocientos años durante 2007. Monjas de la misma orden provenientes de diversos países han unido sus voluntades para levantar, cerca de los restos del antiguo, un nuevo convento que alberga una pequeña iglesia y los espacios y servicios necesarios para hospedar a dieciocho religiosas y sus labores de producción de bálsamos y jabones aromáticos. Las monjas, en su mayoría estadounidenses, han colaborado activamente en el diseño del edificio. Debido al carácter introvertido de la vida diaria de los miembros de la orden cisterciense, se decidió la creación de un edificio bajo, de perfil horizontal, cuyas estancias se iluminaran a través de una serie de jardines para fomentar los sentimientos de privacidad y reclusión. El monasterio consta de iglesia, claustro, sala capitular, noviciado, oficinas, biblioteca, scriptorium, refectorio, cocina, área de producción, dormitorio de invitados y celdas, que se distribuyen en planta baja y primera, alrededor de siete patios de distintas dimensiones y formas. El programa original del proyecto se redujo en un treinta por ciento gracias a la eliminación de la mayoría de pasillos y distribuidores inicialmente planteados. Este ahorro fue posible debido al funcionamiento propio del convento, en el que el grupo de monjas realiza conjunta y simultáneamente la mayoría de sus actividades cotidianas, lo que permite utilizar las habitaciones como espacios de comunicación.

La estructura del edificio está construida con piezas de madera de pícea —árbol parecido al abeto común— laminada, de sección cuadrada y escuadría de 21,5 por 21,5 centímetros. Esta dimensión, que responde al grosor de los cerramientos exteriores, permite enmarcar completamente los distintos lienzos de muro y resolver cómodamente los encuentros en las esquinas del edificio. Por otra parte, la elección de una escuadría única para toda la estructura asegura la minimización del número de detalles constructivos necesarios en una planta que, por las necesidades del programa, no se ha modulado. Para resguardar la estructura de madera de las lluvias y las nevadas habituales en la isla, se ha utilizado la piedra como material de revestimiento. El sistema de construcción elegido para su aplicación en las fachadas muestra claramente que no se trata de un elemento portante, sino de una piel escamosa de piezas de pizarra cuya dimensión única se decidió conjuntamente con la cantera siguiendo criterios de abaratamiento en los procesos de extracción y transporte de la materia prima. Las piezas, que varían entre distintos tonos pardos y grises que identifican el edificio con los colores del territorio, se disponen en filas horizontales sobre una subestructura de madera que las fija a los muros.

Las ventanas en las fachadas exteriores, de distintos tamaños, ofrecen desde las diferentes estancias vistas de las costas y las montañas del fiordo para alentar en las religiosas la contemplación en el camino de la ascesis. Este propósito define el edificio en sus distintas escalas y es visible, por ejemplo, en el refectorio, donde todas las monjas se sientan en el mismo lado de una mesa alargada, a modo de silenciosa ‘última cena’, frente al paisaje... [+]


Obra

Monasterio en la Isla de Tautra, Noruega.

Cliente

Orden Cisterciense

Arquitectos

Jan Olav Jensen y Børre Skodvin.

Colaboradores

Torstein Koch, Torunn Golberg, Martin Draleke, Aslak Hanshuuk, Kaja Poulsen, Siri Moseng, AnneLise Bjerkan.

Consultores

Kristoffer Apeland (estructura).

Fotos

Estudio JSA.