El edificio, según proyecto del redactor del plan director de todo el Campus Novartis, se erige como una construcción que ejemplifica y materializa las intenciones urbanas del conjunto. Así, su volumetría se ciñe exactamente a las dimensiones dadas, cumpliendo también la exigencia de conformar un atrio porticado de 6 metros de altura hacia el eje principal de la Fabrikstrasse.

Las oficinas ofrecen 178 puestos de trabajo para diferentes departamentos de Novartis Pharma Development y en la planta de acceso se encuentra un bar con restaurante para los empleados. Corona el volumen una terraza ajardinada en estilo italiano.

Las fachadas, revestidas de piezas de mármol de Carrara blanco de hasta 15 cm de espesor, transmiten solidez —el chapado de piedra está fijado a una subestructura metálica y se sitúa por delante de una capa de aislamiento térmico y las pilastras de hormigón que constituyen la estructura—. Hacia la Fabrik­strasse una arquería de pilares masivos constituye el espacio de transición entre el exterior y el interior. Éste está dominado por una escalera de un tiro, que arranca en la planta baja y asciende hasta el cuarto piso, conectando visualmente todo el interior. A mano izquierda según se sube se encuentran los cuerpos cerrados de ascensores y escaleras de emergencia, quedando la superficie restante disponible para la localización de los puestos de trabajo, bien en áreas abiertas, bien en ‘cubículos’ cerrados con las paredes hacia el pasillo acristaladas y el resto aprovechadas como armarios o estanterías. La madera como material de revestimiento está omnipresente: generosos paneles de nogal europeo en los que la veta constituye toda la decoración.

Ninguna planta es igual a otra, los puntos de llegada de la escalera principal crean diferentes distribuciones. Esa variedad se ve reforzada por el amueblamiento de las áreas de trabajo y de encuentro informal; los muebles aportan color e individualidad a los despachos, configurados como cabinas de madera, uniformes y sobrios. La gráfica refuerza la distinción entre áreas: las salas comunales llevan el nombre de tipógrafos, escrito en las tipografías crea­das por ellos. La osteria, de 6 por 6 por 50 metros —todo lo largo del edificio— recuerda a un vagón-restaurante de época clásica.