Salpicado de misteriosos restos arqueológicos de tiempos ancestrales cuyo significado aún permanece sin descubrir, el condado de Wiltshire conserva además espacios naturales de gran riqueza. Winterbrook, una finca situada en el corazón de esta región, albergaba una granja hasta que se convirtió en un campo de entrenamiento durante la II Guerra Mundial, del se conservan restos de una pequeña construcción utilizada como enfermería. Posteriormente, estos terrenos fueron empleados como pasto para ganado, y las ruinas de aquel momento— una casa en mal estado y algunos cobertizos— se demolieron al tiempo de iniciar la construcción de la casa. El paisaje natural inspiró el proyecto como parte integrante del mismo: el núcleo, formado por un círculo de 100 metros de diámetro plantado de heno silvestre, está delimitado por una circunferencia de arces que lo separa de un bosque perimetral; y la casa, retranquedada hasta el límite para dejar mayor espacio libre y formada por dos medias lunas que abrazan el solar, orientadas a mediodía para captar la luz y el calor solar y protegerse de los vientos.

El espacio de separación entre los dos cuerpos forma la galería, de mayor altura, que recoge la distribución interior y en cuyo centro se sitúa la chimenea, desde donde se abre el segundo cuerpo. El primer muro, curvo, cóncavo, blanco y macizo, desliza la vista y la trayectoria desde el acceso al solar hasta la entrada de la casa, mientras que un segundo volumen acristalado, abierto al ‘jardín interior’, contiene las zonas de día en un único espacio continuo. En el cuerpo trasero, sin huecos ni ventanas, los dormitorios se iluminan por un lucernario perimetral a través del cual ver el cielo estrellado en las noches claras. Cuestiones como el bajo mantenimiento de las instalaciones, la integración física y visual en el entorno y el aprovechamiento de los recursos naturales han determinado desde el tipo de construcción (hormigón y materiales reciclados) hasta la elección de las plantas del jardín...[+]