En la esquina de una tranquila área residencial de Tokio se emplaza una vivienda de piel homogénea y abstracta que impide adivinar de forma intuitiva su función. Este cerramiento, que parece a primera vista de bloques de hormigón, está realizado con cajas prefabricadas de acero; una nueva forma de construcción a la que se bautiza como ‘mampostería hueca’.

El edificio, de seis metros de altura, posee un área total de 85 metros cuadrados, repartidos en cuatro plantas. En el interior, los límites entre lo público y lo privado se diluyen por completo; así, en planta baja, la cocina y el salón se funden con uno de los dormitorios y con el cuarto de baño que, visible tras unos paramentos de vidrio transparente, flota en medio de esta singular sala. Tanto esta idea como la de situar la lavadora en un descansillo de la escalera de caracol, pertenecen al cliente, que colaboró en el diseño de todo el proyecto.

Los bloques de la fachada, no sólo funcionan como estructura, sino que también adquieren un gran protagonismo en el interior. Las piezas huecas, usadas como espacio de almacenamiento, se separan rítmicamente dejando espacios de 30 centímetros que sirven como ventanas, algunas de ellas practicables. La luz solar atraviesa estos huecos proporcionando una iluminación tamizada que recuerda los rayos del sol penetrando entre las hojas de los árboles. Estas cajas de acero de 900x450x300 milímetros están formadas por chapas de seis milímetros de espesor, que alcanzan los nueve en su cara externa. Los bloques metálicos se sueldan en taller, formando módulos de cinco o seis elementos, que se unen con las demás unidades en obra mediante tornillos de acero de alta resistencia. Las superficies metálicas están recubiertas por una película cerámica desarrollada por la NASA que aporta nuevas propiedades de resistencia y transmisión de calor; de esta manera se hace posible la utilización de espesores de chapa mínimos, pues ésta permanece fría incluso tras exposiciones prolongadas al sol... [+]