Viviendas tuteladas, San Vicente
Javier García-Solera 

Viviendas tuteladas, San Vicente

Javier García-Solera 


En el borde del núcleo urbano de San Vicente del Raspeig se sitúa un solar triangular en suave pendiente, presidido por un amplio pinar que cierra como un telón su frente norte. El planeamiento previsto para esta manzana proponía su división en dos mitades en las que se desarrollaran dos proyectos independientes: en un lado un bloque de viviendas de seis plantas y en el otro una plaza-jardín. 

Tras recibir el encargo se evaluaron los beneficios de fundir ambos solares y programas en una única actuación que, libre ya de dualidades, retranqueos y servidumbres, permitiera desarrollar una intervención en la que la relación entre los binomios arquitectura y paisaje, público y privado, enriqueciera la propuesta, ofreciendo espacios de mayor calidad urbana. 

De este modo se decidió extender el parque a todo el solar, fragmentádolo en una serie de bandas que ascienden hacia el bosque de pinos. En la última franja, ya en el límite con los árboles, se deposita una construcción apaisada de 200 metros de longitud que alberga las viviendas privadas y los usos colectivos. Esta propuesta permite agotar los metros edificables ocupando una altura mínima y respetando así la presencia que hasta hoy ha tenido la masa vegetal.

Cada una de las 39 viviendas adaptadas para mayores se alberga en un alargado prisma rectangular de una única planta; alineados y adosados, estos prismas configuran un volumen lineal que descansa sobre el terreno. 

Las viviendas pasantes permiten relacionar el gran pinar que cierra la parcela en su lado norte y el nuevo parque que se extiende hacia el sur. La fachada se retranquea del corredor para generar un pequeño porche de acceso.

La entrada a cada residencia tiene lugar a través de un pequeño porche que ofrece privacidad y sirve como espacio de separación respecto al largo corredor de acceso. La distribución interior se basa en un sencillo esquema formado por dos habitaciones, el estar-comedor-cocina y el dormitorio con una pequeña terraza para el tendido de la ropa, separados por un cuarto de baño que recibe iluminación natural a través de una claraboya. El hecho de que las viviendas sean pasantes no sólo favorece la ventilación cruzada, sino que abre la fachada principal a la nueva zona verde y a la masa de árboles colindante al alzado posterior.

En el extremo noroeste del emplazamiento, donde el edificio se aproxima a la calle, el terreno desciende, creciendo el volumen hasta alcanzar una planta más y adquirir así una escala más urbana. Aquí se desarrolla la parte pública del programa con áreas administrativas, de atención y de relación. Se ha llevado a cabo una construcción sencilla y precisa de losas y muros de hormigón visto con tabiques de ladrillo trasdosados con madera sobre rastreles. La cubierta, no transitable, se recubre con una capa de grava que se integra en el parque.



Cliente Client

Instituto Valenciano de Vivienda

Arquitectos Architects

Javier García-Solera Vera

Colaboradores Collaborators

Pilar Fructuoso; Marcos Gallud, Javier Mateu (aparejadores quantity surveyors)

Contratista Contractor

Intersa Levante

Fotos Photos

Roland Halbe