Aulario universitario, Alicante
Javier García-Solera 

Aulario universitario, Alicante

Javier García-Solera 


Levantado en  los años sesenta sobre los terrenos áridos de un antiguo aeródromo militar, el campus de San Vicente de Raspeig ha sido objeto de una progresiva colmatación que hacía imposible ampliar su extensión. Ante la falta de suelo, el terreno previsto para una construcción de unas naves industriales al sur del enclave inicial se suspendió cuando ya había sido completada la cimentación para destinar el solar a un nuevo edificio de aulas. La parcela disponible, fuera de la ronda que limita la zona peatonal del recinto universitario, contaba en el momento del encargo con un pilotaje en retícula cuya escasa capacidad portante llevó a extender el programa previsto en pabellones de una única altura. La edificación se separa así del suelo, subrayando al tiempo su distancia con un entorno de aparcamientos poco apropiado para el desarrollo de la actividad docente.

Aulas de dos tamaños distintos, un quiosco y toda una serie de despachos de apoyo se instalan así en siete cuerpos alargados y paralelos, cuya seriación obedece asimismo al orden impuesto por la cimentación. La estrecha distancia de los vanos entre apoyos —insuficiente para instalar las aulas— llevó a adoptar una solución estructural de losas de hormigón apoyadas sobre el pilotaje existente, con voladizos en ambas direcciones para procurar las dimensiones apropiadas al nuevo uso. Unos patios estrechos separan unas edificaciones de otras, apropiándose de las nuevas plantaciones de árboles con las que el aulario se separa de su entorno hostil. Un pasaje transversal, parcialmente al descubierto, cruza los pabellones tangente al núcleo de servicios y despachos que se repite en cada una de las siete crujías y da lugar a un esquema de circulaciones en peine que permite percibir el juego de llenos y vacíos característico del conjunto. Como paños ciegos de hormigón repetidos en serie, los testeros al sur aumentan el aislamiento acústico de las aulas respecto al tráfico del aparcamiento y la ronda de circunvalación del campus.

La elección de las soluciones técnicas y constructivas responde a la premura fijada por unos plazos de ejecución de tan sólo seis meses. Salvo los perfiles de aluminio del falso techo, los detalles de cerrajería y carpintería fueron previstos para su realización en taller a partir de elementos convencionales de madera o metal. La austeridad de los volúmenes de fábrica contrasta con el juego cambiante que ofrecen las lamas de aluminio que protegen los huecos, y los tableros de contrachapado de fibras orientadas que cierran los núcleos de servicio.

Los patios alargados separan los pabellones de aulas mediante plantaciones de árboles. Un recorrido parcialmente abierto y tangente a los núcleos de despachos atraviesa todas las crujías.


Cliente Client
Universidad de Alicante

Arquitecto Architect
Javier García-Solera

Colaboradores Collaborators 
Déborah Domingo; Marcos Gallud (aparejador quantity surveyor

Consultor Consultant
Domingo Sepulcre (estructura structure

Contratista Contractor
Cyes

Fotos Photos 
Roland Halbe, Hisao Suzuki .