En los últimos años, debido al avance de la tecnología, la relación entre los espacios residenciales y de trabajo ha cambiado sustancialmente: cada vez más, las personas trabajan donde viven y viven donde trabajan. Esta transformación, donde los límites son más difusos, fue el punto de partida de este proyecto en una ladera junto a las vías de tren que unen Zúrich y Chur. El objetivo fundamental de la propuesta consistía en proporcionar algo más que un espacio habitable para unidades familiares tradicionales. Además de los tipos habituales de apartamentos, los dos edificios que forman el conjunto albergan viviendas-taller dispuestas en la última planta. Mientras que las plantas bajas se relacionan con la topografía, los niveles superiores persiguen una tipología capaz de satisfacer los requisitos de vida contemporáneos. A nivel formal, ambos volúmenes comparten un lenguaje común: una composición tripartita clásica (base, cuerpo intermedio y coronación) culminada con una cubierta inclinada para cumplir con la normativa local, y que, al mismo tiempo, evoca el techo de un cobertizo clásico o de los estudios de la primera modernidad. Además de por las cubiertas dentadas, la imagen exterior está definida por una precisa cuadrícula de llenos y vacíos, de hormigón y vidrio o celosía de madera, respectivamente...[+]