El plan especial de reforma interior ‘Sud de Sales’ definía para esta manzana del casco urbano de Viladecans la profundidad edificable, los voladizos, las cubiertas y los materiales de acabado de la fachada, además de establecer una disposición en forma de U con un lado mayor hacia la calle Bertrán y Musitu y dos menores hacia Jaume i y Segle xxi. Con la volumetría básica ya estipulada, el objetivo se centró en hacer compatibles los catorce metros de profundidad edificable con las prescripciones de la protección oficial, régimen al que pertenecen las 104 unidades del bloque.

La solución viene de la mano de una crujía estrecha de 7.20 metros, que posibilita una vivienda tipo de tres dormitorios; la anchura de las habitaciones respeta los mínimos establecidos y resulta además adecuada para resolver un aparcamiento subterráneo en batería. Los núcleos verticales dan paso a las viviendas de dos en dos, excepto en los extremos y ángulos de la U donde permiten el acceso a tres viviendas por rellano. La distribución de cada unidad reproduce el esquema de programa de día —comedor, sala de estar y cocina— hacia el sureste o suroeste, una banda noreste o noroeste para los dormitorios, y una hilera interior de servicios para los baños, lavaderos y la parte interior de las cocinas. Se ha dado prioridad a la incorporación del estudio del soleamiento al diseño de las viviendas frente a la composición de huecos en fachada.

El cerramiento expresa la organización de la planta: terrazas en voladizo con protección solar para las fachadas que corresponden a las salas de estar y una cara completamente plana para los dormitorios. El color se utiliza con el fin de romper con la escala del edificio evitando una excesiva uniformidad y repetición de los huecos. La fachada a la calle Bertrán y Musito, de 110 metros de longitud y fondo de dormitorios de lado a lado, es especialmente susceptible de resultar reiterativa. Por ello, se han agrupado los tres huecos de cada vivienda en uno solo. Los paneles exteriores, prefabricados de hormigón, se mantienen separados de los trasdosados interiores para evitar puentes térmicos. El resto de las fachadas se realizan con losas y pantallas de hormigón in situ para las terrazas, paneles de hormigón pintados en las barandillas colgadas y obra de cerámica en el interior del cerramiento.

Los portales abren al jardín y a la calle para promover el uso de éste por parte de los vecinos, y alternan su presencia con la de locales comerciales. La madera del mobiliario urbano, el pavimento y el césped compone un tapiz de juego que encuentra en la composición de fachada un reflejo colorido.