Ubicada en un terreno amplio y aislado en la periferia de Bruselas, la Villa Der Bau reemplaza una mansión construida a principios del siglo XX. La base del edificio, excavada parcialmente en el terreno inclinado, está formada por una cuadrícula de habitaciones cuadradas unidas mediante puertas centrales de dos hojas; una distribución que se repite también en la última planta, aunque con una estructura diferente. Mientras que la base está construida con muros portantes de ladrillo y forjados de hormigón, el piso superior consta de paneles de madera maciza que se unen para crear una estructura rígida, sostenida por apenas un puñado de columnas. Esta configuración estructural permitió crear un espacio continuo en el nivel intermedio, (uniendo la cocina, el comedor y la sala de estar) en el que cinco ‘cajas’ compactas albergan espacios auxiliares, instalaciones y escaleras, al tiempo que actúan como soportes estructurales. Las superficies acristaladas suspendidas entre los módulos de servicios se pueden deslizar y abrir para ampliar así el espacio habitable y conectarlo directamente con el paisaje circundante. Como último gesto, poniendo en valor la privacidad de la parcela, los espacios más íntimos se disponen en los extremos del plano y abiertos con grandes ventanas hacia el paisaje...
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