Situada en el centro de Bruselas, esta pasarela elevada sobre la vía pública conecta las oficinas de la Cámara de Representantes con su reciente ampliación, el edificio Forum, construida al otro lado de la calle. El punto de partida del proyecto consistió en diseñar el puente como un elemento explícitamente espacial en lugar de como una mera solución técnica. Inspirada en los tondos renacentistas, construcciones de planta circular, la propuesta toma la forma de un anillo que se inserta entre las fachadas de ambos edificios. Una configuración espacial que ofrece un recorrido generoso, una suerte de ‘desvío’, por un espacio exterior cerrado que también funciona como ruta de escape y lugar de encuentro. Al mismo tiempo, gracias a su mayor desarrollo, la geometría circular permite salvar la diferencia de altura entre las edificios mediante una pendiente de sólo el 4% de inclinación. Mientras que hacia la ciudad el haz se muestra como un elemento ‘cerrado’ —evocando el Puente de los Suspiros de Venecia— revestido con paneles espejados que reflejan el contexto y disuelven su presencia en el entorno; el envés se cubre con vidrio transparente permitiendo una vista sutil del interior del pasaje. Estructuralmente, está compuesto por dos discos rígidos, uno de los cuales, el inferior, cuelga del otro mediante tensores de acero...
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