Sede de ING, Amsterdam
Meyer & Van Schooten 

Sede de ING, Amsterdam

Meyer & Van Schooten 


En la periferia de Amsterdam, lejos ya de la red de canales que identifica su pintoresco centro urbano, el paisaje junto a la vía de circunvalación de la ciudad en poco se diferencia de los bordes de otras tantas metrópolis europeas. En este territorio fronterizo —donde confluyen el tejido residencial de Zuidas con la zona verde de Nieuwe Meer— la compañía ING ha elegido un solar para levantar su sede con el fin de captar la atención de los miles de viajeros que diariamente recorren la autopista. Sobre esta parcela estrecha y alargada —limitada también por las vías del tren—, el edificio se erige como un gesto publicitario para dar cuenta del talante directo y dinámico de este conglomerado de entidades aseguradoras y financieras que renuncia por completo a establecer sucursales y atiende a su clientela a través del teléfono o internet.

Para no interrumpir las vistas de la zona verde desde la autopista, el edificio se separa del suelo mediante postes oblicuos de entre 9 y 12,5 metros de altura, permitiendo asimismo que desde todos los puestos de trabajo se perciba el paisaje por encima del talud de la carretera. Sobre este ligero entramado de pilares inclinados —apoyados a su vez sobre el aparcamiento subterráneo—, cinco plantas de oficinas y otras tres de despachos de directivos y salas de reunión se apilan para conformar un cuerpo cuya altura crece hacia los bloques en altura del barrio de Zuidas. Como si se tratara de un puente de mando, el restaurante preside esta suerte de superestructura de perfil quebrado. Subrayando su condición de objeto publicitario, un auditorio en voladizo sobresale por el extremo oeste para reducir el volumen del edificio en la proximidad de la zona verde. Blindado a los ruidos provenientes del tráfico de la autopista mediante una doble fachada, el edificio ofrece en su interior toda una serie de espacios verdes destinados a desahogar el espacio de trabajo, como son la ‘jungla’ del cuarto piso, el invernadero de palmeras en el sexto o el bosque de pinos del octavo.

Un sistema innovador de control del clima interior se sirve de un acuífero subterráneo para mantener constante la temperatura tanto en invierno como en verano. El aire pretemperado se lleva hasta la cavidad existente entre los planos en los que se desdobla la fachada, permitiendo ventilar los despachos de forma directa sin sufrir la contaminación ni el ruido del exterior. Unos toldos alojados igualmente entre las dos paredes de vidrio permiten controlar el soleamiento en los frentes este y sur, contribuyendo a subrayar el carácter cambiante y dinámico de la corporación que el edificio representa...[+]


Cliente Client
ING Group

Arquitectos Architects 
Roberto Eduard Meyer, Jeroen Wouter van Schooten 

Colaboradores Collaborators 
Barry van Waveren

Fotos Photos
Georges Fessy