Apilar era una de las actividades primigenias del hombre, según la clasificación de Semper. Este proyecto de 25 viviendas sostenibles pretende construir mediante el apilamiento de tubos de hormigón de sección casi cuadrada (3,65x3,20metros) que, como bases de circuitos impresos, mantengan en ellos todos los elementos invariantes de la casa. El acondicionamiento de esta estructura inicial se realiza con elementos sencillos, permitiendo alternativas múltiples sólo condicionadas, o motivadas, por los servicios existentes en la infraestructura inicial. Desde las instalaciones más comunes —agua, saneamiento, electricidad, ventilación...— hasta las redes de telefonía e internet, el tubo permite alojar todos los terminales que conviertan este cobijo en una estación de comunicaciones; quizá sea esta la cualidad más específica de las habitaciones del presente siglo. El interior de cada casa conserva esta idea de simplificación jerárquica y mayor complejidad de los usos (salón-cocina-comedor). Como al comenzar una partida de ajedrez, el interior de una casa debería mantener lo incierto de cada partida. La caja inmóvil exterior da lugar a otras cajas interiores. Cajas leves, casi textiles, que cambian de posición y se adaptan con precisión a los usos requeridos. La jerarquía se reduce a dos categorías: espacios privados y espacios comunes, siendo estos últimos los que permiten un mayor número de alternativas.

La abundante luz permite terrazas profundas que la tamizan y gradúan, algo similar a la generosa profundidad de los aleros de las casas japonesas. El tubo de hormigón, base de la casa, genera un patio horizontal que, por el tipo de cerramientos y su configuración, remite continuamente a la percepción de un espacio único que da a la plaza de la calle Lola Massieu como proyección horizontal de la fachada. Las terrazas hacen las veces de brise-soleil, lo que permite el uso de cerramientos de vidrio. El tubo horizontal se habita al cortarlo por planos verticales que hacen de diafragmas lumínicos. Estos planos van desde la opacidad que permite la proyección de diapositivas hasta la transparencia total del vidrio. La casa utiliza la luz directa de ambas fachadas, aprovechando su desarrollo en un plano único desde la entrada, dejando libre el tubo, por donde se conduce la luz hacia patios interiores junto al acceso de cada vivienda. La luz penetra allí desde las galerías que dan a la calle Gofiones, subrayando la sensación de espacios lineales sumergidos, que reciben la luz directa filtrada por los diafragmas verticales de hormigón con color cambiante a lo largo del día. Es fácil apreciar fisuras luminosas que resbalan por las paredes para introducirse en el interior de las viviendas.

Vídeo 


Cliente Client
Cofital Quince S.L.  

Arquitectos Architects
Romera y Ruiz Arquitectos S.L.P. Pedro Romera García, Ángela Ruiz Martínez

Colaboradores Collaborators
Carlota Ardanaz Petit, Yudit Barreto Martín, Paula Cabrera Fry, José M. López Cabrera, Carlos Marrero Macías, Ester Marrero Pérez, Rosalba Santana González y Carla Santana Perdomo (arquitectos architects)

Consultores Consultants
Juan Manuel Peláez Hernández (arquitecto técnico quantity surveyor); Constantino Juan Gonzalvo Ortiz / CQ Ingenieros y Asociados (instalaciones mechanical engineering)

Contratista Contractor
Las Maguas 2008 Construcciones, S.L.; Aluminios Cortizo (carpintería de aluminio aluminum frame)

Superficie construida Floor area
3.528m²

Fotos Photos
Simón García