Destinado a la creación de nuevas empresas, el edificio Incube responde de forma eficiente a las exigencias económicas, sociales y climáticas del entorno. Situado en el recinto ferial de la isla, el nuevo bloque debía completar la volumetría de la manzana y conectar, a través de la medianera norte, con los diferentes niveles del edificio existente donde se aloja la Sociedad de Promoción Económica de Gran Canaria, organismo impulsor del proyecto. El calendario y el presupuesto condicionaron la elección de materiales con disponibilidad insular (hormigón, aluminio y vidrio) y tecnologías prefabricadas modulares. El resultado es una pieza rectangular troceada transversalmente, que cuenta con sistemas de ventilación e iluminación natural para minimizar el aporte energético.

El frente principal está limitado por una fachada habitada en la que determinados paneles del cerramiento se retranquean alternativamente para generar balcones y patios. De esta forma, el alzado puro es opaco y la luz entra de forma indirecta a través de aberturas perpendiculares. Este espacio intermedio actúa como mecanismo de control climático, generando sombras autoproyectadas que atenúan la fuerte incidencia solar de esta región subtropical. Además, se aprovecha la ventilación natural de los alisios definiendo las entradas y salidas de aire adecuadas, sin necesidad de recurrir a sistemas de aire acondicionado. Con todo ello se consigue que la temperatura interior sea de cinco a ocho grados menor que la exterior.

Situado en el recinto ferial de Las Palmas de Gran Canaria, el edificio Incube incorpora sistemas de construcción prefabricados, materiales de disponibilidad local y mecanismos de climatización sostenible. 

El desfase alterno de unas franjas sobre otras genera un ritmo vertical en la composición de la fachada, define los vacíos de los patios y balcones, y conforma una serie de lucernarios en la parte posterior de la cubierta. 

Por su función como incubadora de empresas, el edificio combina despachos de trabajo de dimensiones mínimas con espacios amplios de colaboración e intercambio de ideas. A partir de un vestíbulo inicial de triple altura, una serie de rampas y escaleras recorren los tres niveles donde se distribuyen catorce despachos, una zona de trabajo común, aulas de formación, salas de eventos y una cafetería. Las comunicaciones se sitúan en sentido longitudinal a lo largo de la medianera, mientras que las estancias se organizan en sentido transversal, siguiendo un esquema en forma de peine. Además de tener un propósito climático, el conjunto de terrazas y patios favorece la sensación de amplitud y la relación entre los distintos espacios de trabajo.

Con un plazo de obra de tan sólo cinco meses, el edificio se construye a partir de un esqueleto de pilares y vigas metálicas, forjados de losas alveolares prefabricadas y cerramientos exteriores  de paneles modulares.   

Construido en tan sólo cinco meses, el edificio está modulado en franjas de 1,35 metros para acelerar y abaratar el proceso. Los paneles prefabricados del cerramiento se anclan mediante conectores metálicos a la estructura principal de perfiles de acero, y presentan un acabado estriado conformado a partir de un molde de goma en el encofrado. 


Cliente Client

Cabildo de Gran Canaria, SPEGC

Arquitectos Architects

Romera y Ruiz arquitectos

Pedro Romera García, Ángela Ruiz Martínez

Colaboradores Collaborators

Jorge Hernández Fernández, Rocío Narbona Flores, Paula Cabrera Fry (arquitectos architects); Manuel Hernández Vera (aparejador quantity surveyor)

Contratista Contractor

Satocan, S.A.

Superficie construida Floor area

1.116 m²

Presupuesto Budget

1.155 euros/m²

Fotos Photos

Simón García