Junto a la entrada del ‘Uithof’ —el campus de Utrecht— se levanta la residencia Ronald McDonald, un pabellón que proporciona alojamiento a las familias de niños ingresados en el hospital pediátrico de la Universidad. Cuatro bandejas rectangulares de hormigón —correspondientes a otros tantos forjados— separan los volúmenes coloristas y orgánicos que encierran en cada planta distintas agrupaciones de estancias, distanciándose de la estética maquinista de edificios vecinos con un guiño alusivo a las hamburguesas comercializadas por la empresa patrocinadora. Tanto las habitaciones de los dos niveles superiores como la cocina, el salón y la recepción, situados en la planta baja, se revisten al interior de madera y materiales cálidos, procurando un entorno doméstico que ayude a olvidar el ambiente impersonal y aséptico del hospital...
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