Casa Moebius, Hilversum
UNStudio 

Casa Moebius, Hilversum

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Cuando Sigfried Giedion acuñó su concepto de espacio-tiempo a principios de los años cuarenta, es posible que no imaginase la repercusión que seguiría teniendo en el debate arquitectónico medio siglo después. El hecho de añadir a las tres coordenadas espaciales una nueva dimensión, el tiempo, permitió incorporar la noción de relatividad a la hora de observar un objeto: el punto de vista deja de ser único para conseguir una percepción simultánea desde todos los ángulos posibles. Si a esto añadimos la idea de un recinto continuo, complejo, con una gran variedad de ámbitos, cuyo entendimiento está ligado a las distintas posiciones del espectador, nos acercaremos al planteamiento de esta vivienda. El nombre y esquema corresponden a un modelo matemático: la cinta de Moebius. En el año 1963 M.C. Escher la representaba en su Cinta de Moebius II como una cadena de hormigas, marchando una tras otra, en un ciclo sin principio ni fin.

Pero aparte del tiempo y el espacio, el proyecto contempla la importancia de la relación que se establece entre el lugar y el edificio. La finca se ubica en una zona residencial privilegiada a las afueras de Amsterdam, donde predominan extensas parcelas de terreno en medio de bosques, colinas y praderas. Este entorno resulta tan poco habitual en el paisaje holandés como la respuesta que se da al programa.

Cuando se materializó el encargo, la intención de los futuros habitantes no era sólo tener un alojamiento diferente, sino que el propio edificio planteara una arquitectura innovadora. Lo primero que llama la atención al acceder a la parcela es la posición central y destacada de la puerta del garaje en la fachada. Sin embargo, la importancia que adquiere no es tan sorprendente teniendo en cuenta que en las residencias aisladas lo habitual es llegar en coche o, en todo caso, en bicicleta. Por el contrario, la puerta peatonal se sitúa, de una manera discreta, en el otro frente. En el interior, la distribución se adapta a un recorrido continuo que sigue la pauta de la actividad diaria.

Aunque la forma de Moebius no se interpreta literalmente, queda perfectamente definido el género, masculino y femenino, de las dos circulaciones. Los propietarios habitan el mismo recinto, pero tienen asignadas superficies diferentes e incluso se mueven por rutas distintas, coincidiendo sólo en ciertos puntos.

Secuencia de contrastes
La oposición es otro concepto también presente, sobre todo en el contraste que se establece entre las fachadas; frente a la norte, más cerrada al paisaje, la cara sur se perfora con grandes huecos. La conexión con el exterior se acentúa en la sala de televisión, donde el vidrio se extiende a la cubierta, a modo de invernadero, permitiendo que la mujer pueda dominar la estancia desde su estudio. Una serie de fisuras en el contorno perimetral del volumen iluminan los muros interiores con rayos dispersos de sol, que matizan los interiores al variar su incidencia según avanza el día.

La casa Moebius integra en un todo programa, circulación y estructura, consiguiendo diferenciar las actividades cotidianas de la célula residencial y ubicarlas secuencialmente dentro del circuito de giro. La multiplicación de los ángulos visuales enriquece espacialmente el edificio, que proporciona una experiencia diferente en cada recorrido...[+]


Obra
Casa Moebius, Het Gooi, Holanda. 

Arquitectos
Ben van Berkel (UN Studio/Van Berkel y Bos) 

Colaboradores
Aad Krom (coordinador proyecto); Jen Alkema, Casper le Févre, Rob Hootsmans, Matthias Blass, Marc Dijkman, Remeo Bruggink, Tycho Soffree, Harm Wassink, Giovanni Tedesco (proyecto); ABT, Heijckmann Bouwadviesbureau (asesores técnicos); West 8 (paisajismo). 

Contratista
Kemmeren. 

Fotos
Christian Richters.