La mayor parte de los más de diez millones de habitantes de São Paulo —el principal centro financiero de Brasil y la ciudad más grande de América del Sur— viven en una conurbación densa, pero no eficiente, que condena a los residentes a desplazarse a grandes distancias para trabajar, y que les deja pocas posibilidades de entrar en contacto con el aire libre. El Edificio 360º supone una alternativa a esta noción de densidad sectorizada, producto tanto de las tesis urbanísticas modernas como de los desarrollos espontáneos e informales tan característicos de Suramérica.

En lugar de apilar las cajas de apartamentos unas sobre otras, aislándolas entre sí, en el edificio los 62 apartamentos se distribuyen en torno a patios reales, concebidos como genuinos espacios vivideros, amplios y abiertos a la luz y al aire en la mejor tradición higienista. Distribuidos en las veinte plantas de la torre, los patios forman un plástico vacío que contrasta con el lleno de las unidades de vivienda, cuya área oscila entre los 130 y los 415 metros cuadrados y que se agrupan en siete tipos diferentes. Bajo la zona residencial, el zócalo de esta Babel de patios alberga generosas zonas comunes (un gimnasio, una sala de reuniones y fiestas, una lavandería) en parte enterradas aprovechando el desnivel del terreno, además de las dos piscinas cuyas superficies reflejan el singular volumen perforado del edificio.