La isla del Museo Biesbosch forma parte del programa neerlandés de seguridad acuática y se ubica en los terrenos que antaño fueron un pólder, pero que ahora se han transformado en un dique de retención de mareas.

El proyecto ha consistido en la intervención de un edificio preexistente, con el objetivo de rehabilitar sus espacios interiores, ampliar la superficie expositiva y relacionar el conjunto al singular paisaje del entorno.

Esto se ha conseguido mediante dos medidas complementarias. En primer lugar, la apertura de grandes ventanales en forma de cuña, abiertos fundamentalmente al Sur, que capturan de un modo panorámico las vistas del parque. Estos ventanales se han construido con un doble acristalamiento de alta eficiencia energética que permite la eliminación de protecciones solares añadidas a la fachada.

La intervención ha consistido, en segundo lugar, en la creación de una nueva topografía mediante cubiertas verdes que, además de su valor paisajístico, mejoran el rendimiento energético del conjunto gracias al gran aislamiento térmico que procura la tierra y al efecto de enfriamiento evaporativo que producen las plantas. Estas se alimentan mediante un sistema de riego servido por aguas recicladas...[+]