La nave sirve a una estación depuradora junto al río Manzanares, formada por un conjunto heterogéneo de edificios administrativos e industriales. Diversas instalaciones servidoras se agrupan en torno al gran cajón que alberga la maquinaria principal, y esta ordenación funcional se refleja en su diseño: aprovechando la estructura metálica portante, necesaria para el anclaje de las diversas piezas y el movimiento del material, se superpone al volumen una piel ventilada de paneles ondulados de policarbonato apoyada en una subestructura metálica. La piel se rompe para que aparezcan puertas, conducciones o el cuerpo volado de oficinas, y todos estos accidentes se tratan con chapa, como los pabellones auxiliares, expresando su carácter de elementos servidores.

Para proteger el arranque del edificio se levanta un muro perimetral de hormigón armado, que se ancla a la losa general de cimentación. La estructura general y la auxiliar se replantean de tal modo que su cara exterior sea fija, para permitir que los perfiles de apoyo de las planchas sean continuos. Esta solución permite crear bandas horizontales, en las que los colores se alternan y las planchas se colocan inclinadas para facilitar la ventilación sin dejar que entre agua. Las planchas no sufren recortes porque las piezas de remate se ejecutan con chapa, atornillada a la subestructura o adherida a los muros cuando son necesarios espacios climatizados y opacos, como los vestuarios.

La cubierta, con cerchas a dos aguas, está formada por paneles de fibrocemento que apoyan en correas metálicas suplementadas, para permitir las soluciones de remate en los distintos frentes. En ciertos puntos, se disponen planchas de policarbonato de doble cámara.

Los pabellones auxiliares se proyectan con zapatas corridas de hormigón armado, sobre las que se levantan muros portantes de fábrica que sustentan las losas planas de cubierta. Sobre esta fábrica se colocan planchas de chapa, idénticas a las de la nave principal, con las carpinterías enrasadas en su cara exterior... [+]