Plano de situación 

El Palacio de Justicia de Gerona es un edificio de considerables dimensiones, destinado a uso público y dotado de la carga de representación social que le confiere su función como lugar de administración de la Justicia. Está inserto en un emplazamiento con fuertes condicionantes formales, urbanos y geográficos, ya que se encuentra junto al rio Onyar, en la orilla opuesta al casco antiguo y frente al conjunto monumental que forman la Catedral y el pináculo de la iglesia de Sant Feliu. Todas estas características le confieren una clara relación de dependencia con la ciudad antigua. El nuevo edificio debe resolver, asimismo, los problemas derivados de la forma triangular del solar y de los limites inmediatos. La línea elevada del ferrocarril y el parque de la Devesa actúan como límites del paisaje natural y definen la situación del nuevo edificio.

Planta baja 

Planta primera

Planta segunda 

En el interior, la variedad de espacios proporciona al edificio una gran complejidad programática, lo cual hace necesarias tanto una simplicidad y claridad de circulaciones como una agrupación lógica de las diversas zonas según sus funciones y su ubicación en relación con el espacio exterior.

El edificio se configura según una L que se adapta a los limites obligados por el Plan Especial, y da lugar a dos alas donde se distribuyen las diversas actividades del programa. El brazo que da a la avenida Ramon Folch es el que constituye la fachada principal, que puede entenderse como continuación del plano del edificio clasicista de Correos y del pórtico de la plaza de la Independencia. Esta fachada principal está dominada exteriormente por el hueco monumental que se abre en la entrada y confiere al edificio su carácter institucional. En este ala principal se ubican los servicios comunes, las magistraturas y los despachos representativos, mientras que en la correspondiente a la calle Reial de Fontclara se desarrollan los juzgados, con la salas de vista en la planta baja. Los dos brazos se comunican a través del vestíbulo de entrada, del que nacen los corredores de circulación publica, que comunican en todo momento con el exterior.

La composición de las tres fachadas correspondientes al espacio abierto de la calle Berenguer Carnicer, basada en la dominante horizontal, se contrapone a la secuencia de huecos verticales que aparece en la avenida Ramon Folch. El alzado a la calle Reial de Fontclara se basa también en la composición de huecos horizontales de las fachadas interiores. El recubrimiento de piedra caliza gris de las fachadas exteriores busca tanto integrar el edificio adecuadamente en su entorno urbano como resaltar su carácter emblemático.