Aunque proyectada como ampliación de otra vivienda de los años cuarenta existente en el solar, esta casa en Vallvidriera se presenta como un volumen aislado y separado de la antigua edificación por una escalinata exterior. Entre los condicionantes que debía asumir el proyecto estaba el fuerte desnivel y las plataformas existentes en el terreno, así como la contradicción entre las magníficas vis­tas de Montserrat que se disfrutan hacia el noroeste y la mejor orientación con respecto al soleamiento, que corresponde a la fachada en contrapendiente.

De acuerdo con estos condicionantes, la vivienda se desarrolla en cuatro niveles escalonados, de los cuales los dos intermedios corresponden al programa doméstico, mientras que la última planta está dedicada al estudio con terraza y en el semisótano se sitúan el aparcamiento y el vestíbulo, en contacto con la calle. La configuración del solar ha llevado a situar el área de usos comunes, más extensa, en la planta primera, mientras que en la planta baja se han organizado los dos dormitorios, en relación directa con el jardín. Una gran fachada acristalada, dividida por el balcón transversal que prolonga el estar y enmarcada por una marquesina escultórica, unifica visualmente las dos plantas del programa vividero.

La escalera que comunica todas las plantas se sitúa pegada al plano vertical correspondiente al desnivel entre las dos plataformas principales; en la primera planta ocupa un lugar central y actúa como elemento de separación entre el estar y la zona de cocina-comedor. Esta zona abre directamente a la parte superior y más soleada del jardín a través de una gran cristalera parcialmente envuelta por una marquesina similar a la de la fachada opuesta. Un entarimado de madera prolonga hacia el exterior el espacio del comedor y continúa hasta dar la vuelta a la fachada para encontrar el arranque de la escalinata exterior. Es en este punto donde el plano de la fachada lateral se retranquea hacia el interior, creando un pequeño zaguán ante la puerta de la cocina. Este mecanismo se repite en la otra fachada lateral para permitir la iluminación de la escalera.

En contraste con las fachadas principales, dominadas por los grandes huecos acristalados, las dos laterales se presentan como paramentos casi ciegos que expresan la composición escalonada del edificio y las inflexiones y retranqueos de los planos envolventes. El tratamiento de estos paños a base de un terso revoco gris claro contribuye también a reforzar la cualidad escultórica de la vivienda. La visión lejana del edificio pone de manifiesto la volumetría más regular y geométrica del estudio, con el gran hueco horizontal que abre a la terraza...[+]