La azucarera Santa Elvira fue desde principios del siglo XX y hasta su cierre en 1992 uno de los principales motores económicos de León. En 2005 se convocó un concurso para levantar el Palacio de Congresos y Exposiciones sobre los terrenos en desuso de la antigua fábrica. El proyecto ganador comprendía, además de la rehabilitación del bloque principal como espacio de congresos, la creación de un volumen adyacente de nueva planta para las exposiciones. La propuesta recuperaba asimismo una construcción existente de menor tamaño conocida como el Palacín, destinada a albergar los programas complementarios de restauración, oficinas y algunas exposiciones de pequeño formato. 

La intervención estaba concebida como parte de una serie de operaciones impulsadas con el fin de promover el desarrollo del barrio de La Sal y conectar la zona industrial al oeste del Bernesga —históricamente aislada debido al trazado del ferrocarril en paralelo al río— con el centro urbano. El programa incluía un auditorio con capacidad para 1.200 personas y una superficie total de exposición de 10.000 m². Las tres edificaciones, con interiores flexibles y fácilmente divisibles, se planteaban como espacios adaptables a diferentes necesidades.

El renovado complejo se concebía así como una singular ‘fábrica encendida’ capaz de dinamizar la escena cultural de la ciudad. Actualmente están en funcionamiento tanto el Palacín —finalizado en 2011— como el Palacio de Exposiciones, y se ha terminado parte de la urbanización del espacio público circundante, que contribuirá a vincular el recinto con la terminal de AVE cercana.

Construido en acero y vidrio, el Palacio de Exposiciones integra soluciones de producción de energías renovables y sistemas de control energético. La extensa cubierta facetada —cuyos pliegues minerales evocan el perfil de los montes de León— está ejecutada con cerchas metálicas, elementos estructurales empleados también para dar forma a seis únicos puntos de apoyo que se asemejan a colosales agrupaciones arbóreas. Exteriormente se recubre con unos 4.000 paneles fotovoltaicos para reducir la demanda eléctrica del edificio, que incorpora además un sistema de recuperación, almacenamiento y tratamiento de las aguas pluviales con el que se cubre el 70% del agua caliente sanitaria. Por otro lado, la fachada se construye con una doble piel de vidrio de altas prestaciones, en cuya cámara ventilada se sitúan estores motorizados, de modo que se disminuye en un tercio el consumo energético respecto a una solución monocapa convencional.